El día de ayer, en las calles de Teherán, en Irán, apareció una narcomanta firmada por Donald Trumo, presidente de los Estados Unidos, quien, como es su costumbre, advierte al presidente iraní, Hasán Rouhaní, que deje de amenazar a América con su programa nuclear, de lo contrario, tomará represalias, recordando lo que había sucedido con líderes anteriores que habían desafiado a la superpotencia.
El mandatario estadounidense no dio más detalles, sin embargo, gracias a una entrevista posterior con el actual secretario de defensa, James N. Mattis, nos pudimos dar una muy descriptiva idea de lo que sucedería con el liderar iraní si sigue con sus provocaciones hacia la nación nortemericana:
“Pues tenemos un muy amplio paquete de acciones en caso de que se dé el caso”, dijo Mattis. “Nuestro repertorio ya ha sido probado en Libia e Irak, por dar ejemplos. Al señor Rouhaní le podemos ofrecer, linchamiento público, decapitación en la plaza central de su ciudad más cercana, una guerra civil muy larga (aunque esto ya lo clasificamos en métodos de tortura) y nuestra adquisición más reciente gracias a nuestros agentes de inteligencia: la corbata colombiana. Así que él decide”.
Se rumora que para colocar la narcomanta, se llevó a cabo operativo gigantesco por parte de la CIA que costó unos 950 millones de dólares.
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