Estando las elecciones a la vuelta de la esquina, una de las tendencias más populares ha sido la de denunciar a los políticos por motivos varios.
Una de ellas es la de Salomón Pelcastre, candidato del PSDV a diputado por el XLLLIVIII distrito de Nayarit, quien denunció al Partido Revolucionario Institucional (PRI) ante la Procuraduría General de la República por el uso indebido de los colores de la bandera nacional, apoyándose en la Ley Sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales. Su denuncia señala, entre otras cosas, que los colores del PRI son los mismos que los de la bandera, algo de lo que nadie se había percatado, ni siquiera la autoridad.
En dicha denuncia, se apeló al artículo 56, que habla de la prohibición de la modificación a la bandera nacional. Dicho argumento señala que el PRI, de mala fe, tomó para si la bandera nacional, eliminando de ella el escudo y en su lugar, anexaron las siglas del partido, por lo que hoy se le conoce como el partido tricolor.
Además, también se habla de la publicidad engañosa, pues siendo los colores de la bandera los mismos de la selección nacional, a estos habría que pedírseles que respeten la ley, que dejen de mancillar la bandera y cambien de escudo.
Un selecto grupo de abogados de las más altas esferas, defendió al PRI, señalando que no se trata de los colores de la bandera de México, sino de la de Italia, nación a la cual le tienen mucha admiración y ha sido la cuna de grandes hombres en diversas áreas de la ciencia, la religión y la política.
Sin embargo, el juez competente desestimó este alegato y le dio la razón al particular. Por lo tanto, el PRI deberá cambiar su escudo una vez que sea notificado del fallo correspondiente, en una muestra más, de que la justicia es ciega y no beneficia a quien no lo merece.