La caravana de migrantes centroamericanos que cruza por territorio nacional ha revelado lo peor de muchos mexicanos, quienes se quejan del tránsito de dichos migrantes calificándolos como lo más malo que puede haber en este mundo.
“Esos nomás vienen a quitarnos nuestro trabajo, beberse nuestra cerveza y llevarse a nuestras mujeres”, dijo a este reportero el señor Filemón Mercadante, comerciante de la Ciudad de México, quien se mostró a favor de la postura del expresidente Felipe Calderón: “Debemos levantarnos en armas contra esos extraños enemigos”.
El ambiente xenofóbico y el discurso aporofóbico, ha llevado a una nueva moda entre la población: las pelucas de Donald Trump.
“Trump tiene razón. Los de Honduras no envían lo mejor que tienen, sino lo peor. Envían gente que trae drogas, crimen, son violadores y, supongo que algunos, son buenas personas”, declaró Sofía Porunga, vendedora de estas pelucas.
Las pelucas trumpianas han causado sensación entre los habitantes de la capital, en especial entre los jóvenes de colonias de ingresos elevados, quienes se sienten más cerca de Estados Unidos que el mexicano promedio. Así lo dijo el joven Bryan Leodegardo: “Es que, o sea, después de todo, hay que considerar que México forma parte de Norteamérica. O sea, no somos como los guatemaltecos, los hondureños y los chiapanecos”, externó.
Por lo pronto, muchos de estos jóvenes se han unido en un colectivo que solicitará a Donald Trump que visite México a fin de rendirle pleitesía “por ser tan visionario”.
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