Andrés Manuel López Obrador, el virtual presidente electo de México, anunció que no sólo se reducirá el sueldo en un 60%, sino que el Congreso, con mayoría morenista, legislará para que ningún servidor público pueda ganar más que el jefe del ejecutivo.
Esto ha prendido los focos rojos entre servidores público de todos los niveles, quienes fieles al principio alemanista de “Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”, consideran esto una aberración, pues de los 270 mil pesos mensuales que recibe el actual presidente Peña Nieto, López Obrador disminuirá su salario a 108 mil pesos mensuales, que es menos de lo que ganan muchos presidente municipales.
Ante ello, cientos de servidores públicos han comenzado a reunirse para conspirar ante una medida que, consideran, “atenta contra el legítimo y sano derecho de enriquecerse con el erario”.
“No nos vamos a dejar”, declaró Eduardo Medina Mora, ministro de la Suprema Corte, quien pidió el anonimato. “Si el Congreso aprueba esta ley, la Suprema Corte hará que el presidente deba ganar más de un millón, para que ese sea el tope”.
El ministro afirmó que con los 600 mil pesos al mes que gana, “apenas ajusto para vivir humildemente”.
La unión de servidores públicos ha llamado a su grupo La Sociedad de los Políticos Pobres (Lasopopo), y ya ha invitado a sumarse a su causa al Estado Mayor Presidencial y al Cisen.