Piden oficinistas que los intercambios de regalos navideños sean considerados como delitos de lesa humanidad

Llegó la época de fiestas decembrinas, y con ella una antigua tradición en las oficinas de todo el país, que consiste en el intercambio de regalos, una práctica que, para muchos, debería ser catalogada como un crimen, y por ello, en estos días harán una marcha exigiendo que sea un delito y se integre al Código Penal.

“No es que uno esté en contra de las tradiciones, pero ésta es abusiva y causa más desolación que nada” dijo a este reportero el señor Prudencio Godínez Jr., líder del Movimiento Gutierrista 33 de Septiembre. “Por muchos años han pretendido que eso trae felicidad a los de la oficina, pero nomás no. De hecho —y ya consultamos con la secretaría del abogado de la empresa—hasta igual puede ser un delito”.

— ¿Un delito? ¿Dice usted un delito?

— Sí, mire… Es así como un fraude, porque se comete en perjuicio de alguien por su ignorancia, y pues como al hacer la repartición de los papelitos con nuestro nombre no sabemos a quién le tocamos, pues ignoramos con quién hacer méritos.

De acuerdo a Godínez, otro detalle negativo es que los oficinistas sacrifican su hora de comida para ir a buscar el regalo:

“Y tiene que ser un regalo bonito, más si se trata de dárselo —el regalo—a una compañera bonita. Y ahí está uno yendo de tienda en tienda, y para que al final no le guste el regalo y sólo nos diga: ‘Aaah, qué padre, gracias’”.

— Pero eso no es suficiente para que sea un delito, ¿o sí?

— ¿Cómo no? Además, ¿le parece justo que uno compre un regalo bonito lo envuelva y le ponga una tarjetita mientras que el que le tocó regalarnos algo, compra un cd del grupo Los Chamos y nos lo entrega con todo y precio? Todavía fuera de Los Temerarios, pero pues no, no se vale, y por eso, exigimos que sea prohibido desde este año.

— Pues mucho éxito para ustedes.

— Oiga, y antes de irse, ¿no me puede firmar de que vine aquí a la cantina para la entrevista? Es para que el jefe no me regañe…

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