Enorme sorpresa causó el anuncio realizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que, para evitar pleitos o diferencias entre los diferentes involucrados, optó por una decisión salomónica, en donde el mando de la nueva Guardia Civil no será ni civil ni militar, sino que se decantará por la tercera opción.
«En México siempre ha existido una división muy clara entre estos tres grupos de la sociedad, y me parece que, si protestan porque el mando será civil o militar, como si sólo fueran dos vías, entonces lo mejor es decidirse por una tercera vía. Eso eliminará todos los problemas, me canso ganso», señaló.
López Obrador dijo que la Arquidiócesis de México tomará las riendas de la Guardia Nacional en cuanto ésta entre en funciones, y el Arzobispo Primado, Carlos Aguiar Retes —que llevará también el título de Comandante Plenipotenciario Celestial—tendrá a su cargo todos los aspectos de la misma, rindiéndole cuentas sólo al Presidente.
«Quiero sólo decirles que, contrario a los rumores que circulan, no tenemos intenciones de iniciar otra Inquisición, y que las listas que estamos realizando donde incluimos ateos, feministas, homosexuales y otros tipos de respetables ciudadanos, sólo son de carácter informativo.
La nueva sede de la corporación estará en la Plaza de Santo Domingo, donde aseguraron, se devolverá a esta ciudad una tradición dentro de sus espectáculos que hace años había quedado en el olvido.
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