Una verdadera ola de pánico se ha desatado en los círculos médicos, extendiéndose poco a poco por toda la población. Mientras más se sabe sobre ello, mayor es el pánico, así que lo mejor es no difundirlo. Los medios que están dando a conocer esto son totalmente irresponsables y los maldecimos.
Ahora bien, el pánico que no debe propagarse, se debe a que, de acuerdo a los más recientes informes del Inegi, el omeprazol, la ranitidina, el riopan, el Alka-Seltzer y la sal de uvas Picot están escaseando rápidamente en farmacias, clínicas y centros de salud de todo el país.
Esta situación llega en un pésimo momento, pues apenas pasaron las Fiestas Patrias, y se acercan rápidamente los festejos de Día de Muertos, las posadas, la Nochebuena, la Navidad y el Año Nuevo.
El doctor Galeno Mata, gastroenterólogo de la UNAM, nos explicó los riesgos de esta situación.
«Como todos sabemos, a partir de septiembre, el mexicano promedio se dedica a comer como poseído y a chupar como esponja, por lo que estos medicamentos se convierten en elementos indispensables de la vida diaria. Si no se cuenta con las dosis suficientes de ellos, las consecuencias serán catastróficas”.
Por lo pronto, muchos se están preparando, llenando botellas con de té de menta, hinojo o manzanilla, pero sabemos que eso no será suficiente. Por eso le preguntamos al doctor Mata si no ve como una posibilidad, como algo factible, plausible, probable, que los mexicanos opten comer con moderación. La respuesta fue franca y concisa: “¡Nah!”