El mandatario de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció un nuevo decreto presidencial en el que se estipula que ningún ciudadano estadounidense podrá salir de su estado de residencia legal hacia otro estado de la unión por más de una semana a menos de que se trate de razones laborales o de turismo. Según el presidente norteamericano, la razón de su decisión es que la continua movilización de trabajadores de un estado a otro hace que las oportunidades laborales sufran una fluctuación.
«No podemos seguir tolerando que la gente no quiera trabajar por su estado natal. De repente todos quieren se actores y se van a California, haciendo crecer las filas de desempleo en ese estado y dejando con falta de mano de obra su estado de origen. Y las vacantes que esos malos ciudadanos dejan, serán ocupadas, sin duda alguna, por inmigrantes ilegales. Así hacen crecer un superávit comercial en algunos estados a costa de un déficit en otro, y eso es malo, very very malo, para esta gran nación».
Donald Trump también anunció una serie de medidas para hacer funcionar este decreto, como la deportación de ciudadanos de un estado a otro.
La medida no aplicará para mujeres casadas («las mujeres no producen, así que los hombres pueden llevárselas con ellos») o inmigrantes legales («de esos me encargo luego»).