Ante los argumentos de numerosos especialistas que aseguran que el fracaso de la educación en México se debe a un modelo educativo dirigido a engrandecer la visión que el pueblo tiene del gobierno, en vez de forjar identidades individuales, diversas voces se han expresado en contra.
“Es que están mal los que dicen eso, ¿no? O sea, ¿sí me entiendes, no?”, declaró el escritor Yordi Rosado. “La educación así como está, pos es neta, es chida, ¿no? Yo estudié la primaria de corrido, güey, y todo chido, ¿no? No le vi broncas”.
Carmen Salinas, destacada politóloga, abundó más en el asunto: “¡Ay, mijito! Quienes dicen esas mamadas le buscan tres pies al gato para estar fregando al presidente. Ya quisieran esos muertos de hambre tener la preparación de una. La economía va a todo mecate; que el dólar esté a veinte pesos no significa nada. Se quejan porque son unos méndigos jijos de la chin…”
— Disculpe, señora. Le preguntamos sobre las críticas hacia el modelo educativo, no hacia el modelo económico.
— Pues ponle que dije lo mismo, mijito. Ai’tú arréglale.
Por su parte, la reconocida analista Andrea Legarreta, contestó con una de sus contundentes frases lacónicas: “Que la educación fracase, no nos afecta, porque para empleos bien pagados como el mío, no es necesario estudiar”.