Aquellos que llenan sus redes sociales con sus fotos mientras entrenan en el gimnasio han tenido la razón todo el tiempo. Las selfies han demostrado que pueden crear una mayor cantidad de masa muscular, resultando incluso más eficaces que muchos de los suplementos de proteína que encuentra uno en el mercado.
“Parece raro, pero existe un motivo”, nos contó el don Hérculano Hestalonne, un instructor de gimnasio que se ha dedicado a investigar este fenómeno desde antes que se inventaran las selfies. “Durante una rutina normal uno suda una gran cantidad de hormonas, endorfinas y otras substancias, mismas que quedan en el aire y se depositan en la piel de los otros asistentes. Y cuando te tomas la selfie, tanto el flashazo como la misma radiación residual de los celulares provocan que las sustancias penetren en tu cuerpo, haciendo que los músculos se desarrollen más rápidamente”.
El experto recomienda tomarse unas tres o cuatro selfies por sesión: Antes de comenzar, a la mitad y al terminar, con lo que se asegura que el efecto sea óptimo. Sin embargo, el tomar más de esa cantidad puede causar hipertrofia, por lo que hay que medirse en ese aspecto. Y no, las selfies solas no pueden sustituir a la rutina. Ya lo intentamos.