El escritor peruano Mario Vargas Llosa es conocido en México por haber acuñado la frase “la dictadura perfecta”, al calificar de esa manera al régimen priísta en 1990. Pero casi treinta años después, Vargas Llosa ha llamado más la atención por sus ideas políticas que por su labor en las letras, y por comentarios cargados de racismo y xenofobia.
Vargas Llosa volvió a encender la polémica al declarar que un triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de México, “sería un retroceso para el país”.
El escritor naturalizado español, señaló: “Algunos países prefieren suicidarse, espero que eso no ocurra porque sería muy trágico para México, donde algunas cosas andan mal, pero otras bastante bien. Esperemos que el populismo no gane en México”.
Ante esto, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha alzado la voz, ante lo que considera una injerencia extranjera en la política nacional.
“Vargas Llosa será muy premio Nobel”, dijo Luis Videgaray, titular de la SRE. “Pero tenemos una política basada en el respeto, y por ello es intolerable que ande diciendo esas cosas, en especial en España”.
El canciller agregó habría sido muy diferente si lo hubiera dicho en México.
“¡Ya quisiera ver a Vargas Llosa hablando así de uno de los candidatos estando en suelo nacional! ¡Ya quisiera verlo!”
Es por ello que Videgaray extendió una invitación al escritor para que visite el país.
“Aquí podemos arreglarle varios ciclos de conferencias en universidades y entrevistas en todos los programas de televisión. Incluso lo podemos poner en los debates para que exponga sus inteligentes ideas”, señaló.
Vargas Llosa está analizando si vendrá o no, pues ha pedido ser naturalizado como mexicano y tener una curul plurinominal, “aunque sea por Nueva Alianza”.
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