La falta de aplausos a Enrique Peña Nieto puede expandir la tasa de desempleo

Como muchos saben, nuestro presidente pasa por una severa depresión porque no le aplauden o en sus propias palabras: “Ya sé que no aplauden ”.

¿Es tan necesario escuchar aplausos? Para saberlo, visitamos al doctor Gregory McSears, distinguido por sus estudios sobre la aplausología antropológica.

“El aplauso se usa como forma de comunicación no verbal de masas”, nos dijo el doctor McSears. “Es un indicador simple de la opinión media relativa del grupo completo. Cuando más ruidoso y prolongado, mayor aprobación, y si no te aplauden, pues has de ser Enrique Peña Nieto”.

De acuerdo a McSears, “el problema de que el señor Peña no tenga aplausos de la concurrencia, no radica en que haya perdido la chispa o algo así, porque su comedia involuntaria siempre es digna de carcajadas”.

— ¿Tons?

La respuesta está a la vista, jovencito. No es necesario venirme a preguntar, simplemente vea las fotos que capturan sus compañeros de la prensa. Cuando tienes ocupadas las manos no puedes usarlas ni para aplaudir. Y si pones atención, entre el vasito con el logo, la despensa y las dos tortas con el Boing, la gente tiene ocupadas las manos y difícilmente va a soltar sus pertenencias para aplaudir.

Sin embargo, el asunto puede llegar a límites preocupantes. El doctor McSears asegura que “sin aplausos, puede agrandarse la tasa de desempleo”.

— ¿Y eso por qué, doctor?

— Pues porque la niña ya no se iría a la mesa que más aplauda, por ejemplo.

— ¿Usted cree entonces que nuestro presidente pudiera dejar de escuchar aplausos hasta el día de su partida terrenal?

— Cuando eso suceda, todos usaremos las palmas. Las apilaremos sobre su tumba para que no se nos vaya a salir.

— ¿Quién cree que será el más afectado si la falta de aplausos es constante?

— Vicente Fernández

— ¡Ah, caray! ¿Y él por qué?

—Porque si la gente deja de aplaudir, Chente deja de cantar.

aplausos-018
«Jiote, jiote».

 

 

Suscríbase a El Dizque y empice mejor el día.