El día de hoy se conmemora en nuestro país la tragedia del Barco Chiquito, quizá uno de los momentos más dramáticos de la historia naval, al grado de que se le inmortalizó en un corrido que hasta la fecha se sigue cantando.
Esa historia todo buen mexicano se la sabe de memoria, pero para que la conozcan nuestros lectores de Europa, Africa, Asia y Ecatepec, nos la narró el almirante Bob Esponsho, vocero de la Secretaría de Marina: «El Barco Chiquito era uno de los navíos más confiables de toda la Armada de México, y su capitán fue siempre un hombre agradable y muy eficiente, un orgullo para todos nosotros, pero un día, en altamar, descubrió que el buque ya no podía navegar”.
Consciente del problema, emitió una llamada de auxilio: “Pero pasaron una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete semanas, y los víveres comenzaron a escasear”.
El barco quedó a la deriva con toda su tripulación, y a partir de ahí todo se tornó más oscuro y perturbador, con situaciones trágicas, inenarrables. Un suceso terrible.
El almirante hizo hincapié en la importancia de que una experiencia así no se olvide, y que los mexicanos reconozcamos los riesgos y sacrificios de los que se dedican a andar perdiendo el tiempo en el mar: «Les pido que nunca olviden esto, y si esta historia no les hubiera parecido larga, volveremos, volveremos, volveremos a empezar”.