Sorprendió el día de hoy la decisión de Guillermo Padrés, exgobernador de Sonora, de entregarse a la justicia para enfrentar los cargos por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y desvío de recursos.
Padrés decidió entregarse después de una entrevista con El Dizque, en la que reveló que se considera un perseguido político: “Eso me queda muy claro. Pero voy a enfrentar esto y voy a demostrar mi inocencia, además de la mala fe, la perfidia, la vileza, la alevosía y ventaja que manejó la PGR”, aseveró.
Sin embargo, dijo no saber de qué se le acusa: “Díganme de qué me acusan, díganme cuáles son los delitos que se me acusan y no se me avisó. Por favor, díganme, en serio no sé. No sean así… Como cuates, ¿no?”.
Tras una búsqueda en Google, le informamos de los cargos en su contra.
“¡Ah! ¿Es por eso? Por ahí hubieran empezado”, contestó. “Eso se los tumbo fácil. Les diré que yo soy la víctima en todo este desmadre”.
De acuerdo a Padrés, todo se debió a que fue obligado: “Diré que me obligó… ¿Sigue preso en España Moreira?”
— ¿Y Medina, el exgober de Nuevo León?
— El Bronco no ha podido encerrarlo.
— ¿Y qué me dice de Moreno Valle?
— Sigue buscando la presidencia.
— ¿No han torcido todavía a Eruviel, a Silvano Aureoles, a Astudillo, a Aristoteles, a Gabino Cué o al Graco?
— No.
— ¿Y mi compadre, Javiercito Duarte?
— A ese sí. Le dieron orden de aprehensión y se fugó
— ¡Ahí está! ¡Me obligó Javier Duarte! ¿Se escucha bien “El Padrino” Duarte?
De inmediato, Padrés acudió voluntariamente al Reclusorio Oriente a bordo de su Porsche Cayenne Turbo, un carrito muy rendidor, y lo sé porque este reportero pretende comprarse uno apenas El Dizque me autorice un préstamo de dos millones de pesos para que me alcance.