Elba Esther Gordillo confirma que el paracetamol lo cura todo

Elba Esther Gordillo está libre y ha regresado con todo. Luce feliz, se le ve incluso más joven y más fuerte que nunca. Uno podría pensar que todo eso se debe a que con todo el dinero que tiene pudo pagar los mejores médicos, pero la verdad es otra, y ella misma lo confirma en esta pequeña entrevista que nos dio:

“Antes que nada, quiero agradecer a El Dizque, que fue un medio que me mantuvo optimista, pues a diferencia del resto de la prensa, ustedes están comprometidos con la verdad, la justicia y las buenas costumbres. No son tendenciosos ni tergiversan las palabras, como el pinchi Loret de Mola”.

La maestra confesó que, en su tiempo en prisión, no la dejaron usar su propia ropa, y al renunciar a las marcas neoyorquinas, cayó en una fuerte depresión. “Eso trajo consigo que mi salud se deteriorara, pero no solo fue eso, sino que no dejaron que mis doctores me atendieran. Por el contrario, me llevaron a clínicas de esas corrientitas que ni café te dan. ¿Así como no me voy a poner peor?”.

Los primeros meses fueron terribles, pero después empezó a ver resultados: “Los doctores que me atendieron dijeron que era cuestión de tiempo y efectivamente, todo se fue resolviendo. Cuando me di cuenta, ya no tenía los dolores que me aquejaban, había recuperado el sueño, hasta las uñas y el cabello me crecieron mejor que con los tratamientos carísimos que antes tomaba. Hasta la piel se me empezó a componer, las arrugas desaparecieron, poco a poco todo cambió para bien. Por eso, ahora que salí libre —porque yo no hice nada malo— me siento más fuerte, más segura, mas determinada, y voy con todo”.

— ¿Le dieron algún tratamiento en especial para todo eso?

Sí, me mandaron tomar paracetamol cada 8 horas, después cada 12, luego cada 24… Luego una tableta por semana, luego una por mes, y así, hasta que, mire, los resultados hablan por sí mismos. Ahora que regrese al Sindicato, voy a exigir que a los agremiados, cuando vayan al ISSSTE por atención médica, no les den otra cosa que no sea paracetamol. La verdad es una maravilla.

La maestra dio por terminada la entrevista y se despidió de manera amable: “Disculpe que me retire, pero tengo que ir a tumbar la reforma educativa”.

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