Tras una reunión privada con el presidente Enrique Peña Nieto, Su Santidad, el Papa Francisco, ha aceptado la invitación de venir a México a bendecir la recién restaurada puerta de Palacio Nacional.
Según el vocero presidencial, Peña Nieto se mostró indignado ante los lamentables hechos ocurridos el pasado 9 de noviembre, y por ello, se vio en la necesidad ética de cancelar algunas actividades para hacer escala en el Vaticano, en donde Su Santidad lo recibió gustosamente. Ahí ambos hablaron largo y tendido sobre el asunto en cuestión mientras que la Primera Dama aprovechó para turistear por el lugar, acompañada de su maquillista.
“Fueron un par de horas bastante tristes. Lo que me contaba el presidente me parecía un retrato de Sodoma y Gomorra. Me fui convencido de que México está poseído por el mal, y de que él, ese hombre humilde frente a mí, era claramente el salvador de su pueblo. Casi pude verle un aura celestial”, comentó el Papa Francisco poco después.
Tras haberse tomado las debidas selfies y haber acordado quién se encargaría de llevar las galletas y quién el refresco para repartir al final de la ceremonia, ambos mandatarios se despidieron con un abrazo y una sonrisa de concordia. Finalizado el encuentro, un reportero español preguntó a Su Santidad si en su paso por México visitaría Guerrero, a lo que éste respondió amablemente: “Desgraciadamente mi agenda está muy apretada, y sólo puedo atender los asuntos prioritarios”.
Ese mismo día, en la misa de la tarde, el Papa Francisco elevó una plegaria pidiendo el eterno descanso de la puerta que fue quemada, y finalmente, con lágrimas en los ojos, rogó a Dios la salvación de “esas almas mexicanas que han perdido el camino”.