El avance del covid-19, la más reciente cepa de coronavirus transmitida a humanos, sigue su curso, y en países como Estados Unidos la crisis ha sido mayúscula debido a que tardaron en contenerla al creer que “etapa de exportación” se refería a algo meramente comercial.
Así que el presidente Donald Trump, después de asegurar que no hay nada que temer, ahora ha pedido a los ciudadanos caer —de manera ordenada—en pánico.
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Después de cerrar las fronteras, Trump ya está pensando en volverlas a abrir para sacar a los inmigrantes ilegales: “¡No hacen más que traernos males a nosotros, que somos tan buenos, empáticos, simpáticos y solidarios!”, dijo.
El recién formado Ministerio para la Ilustración Pública y Propaganda, encabezado por Heinrich Schlegelberger von Ribbentrop será el encargado de las deportaciones y también de la confiscación de bienes, la reeducación de disidentes, la quema de libros y también del eventual establecimiento de campos de concentración.
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En otra medida, entre los ciudadanos “de raza pura” —como llamó Trump a los simpatizantes del Partido Republicano que sean “de raza pura”—se repartirán máscarillas de diseño especial para la contención del coronavirus y también para que puedan cooperar con las fuerzas del orden sin que nadie pueda violar su privacidad en caso de que denuncien sus acciones en Twitter o en videos de Tik Tok.
“¡Saldremos de la crisis del virus chino convertidos en una mejor nación!”, concluyó el presidente en medio de aplausos de sus miles de seguidores concentrados masivamente.