Ejecutivos de la compañía Disney anunciaron que, después de muchos engorrosos trámites a nivel mundial, han logrado hacerse con los derechos exclusivos de la palabra princesa, incluye su traducción o equivalencia en todos los idiomas conocidos y por conocer, así como el concepto mismo del término. La noticia ha caído como bomba en las casas reales no sólo de Europa, sino de literalmente todo el mundo.
Todos los países con monarquía se enfrentan al problema que las hijas de su reyes no podrán usar el apelativo que era usual; ni siquiera sinónimos como infanta o expresiones similares.
La compañía estadounidense, por su parte, les está ofreciendo la opción de seguir llamándose princesas, siempre y cuando paguen los respectivos derechos de uso. Dichos derechos no son realmente caros, pero al hacer uso de ellos, cada princesa automáticamente pasará a formar parte de la franquicia de Princesas Disney, y su nombre e imagen podrá ser usado tanto para películas como para mercadotecnia y como otros proyectos, sin que les tengan que pagar un solo centavo.
Los abogados de cada casa real trabajan en el caso, mientras que las jóvenes se mantienen encerradas para evitar algún problema a nivel legal o que las apedreen los fans de Disney.
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