Un reciente estudio de mercado enfocado a las preferencias de los ciudadanos con acceso a televisión OTT (streaming), muestra un resultado que podría ser grave para Grupo Televisa. De acuerdo a los datos revelados, pudo saberse que ni siquiera Emilio Azcárraga Jean, presidente del consorcio, está suscrito a su propio servicio de streaming, llamado Blim.
“Efectivamente, señor”, nos dijo el licenciado Meridiano Sondeo, director de la casa encuestadora Paramemetría. “Por lo que hemos podido verificar hasta ahora, ni los mismos empleados de Televisa, que pueden contratar Blim sin costo, quieren este servicio y han declinado las invitaciones. El mismo señor Azcárraga asegura que, con el servicio de cable con el que cuenta, además de una suscripción hiper-premium a Netflix –que al parecer es exclusiva del caballero—realmente no tiene necesidad de acceder a Blim. De hecho, cuando nuestro encuestador le preguntó si tenía Blim, el señor Azcárraga contestó ‘No, ¿pa’qué?’”.
— ¿Y a dónde cree que vaya a conducir esta situación?
— Pues nos hemos enterado de que ahora la suscripción a Blim entre los empleados de la televisora va a ser de carácter obligatorio, y no sólo eso, sino que estarán forzados a ver un mínimo de horas al día. Obviamente, esto no se traducirá en ganancias para Televisa, pero salvará su reputación, que es donde acumulan la mayor cantidad de pérdidas.