Debido a un error de cálculos generado hace siglos, el año que inicia no será el 2016, sino el 2015, informó la Organización de las Naciones Unidas.
“Todo se debe a un error interpretativo”, anunció John Clockmeister, Alto Comisionado de la ONU para Asuntos Calendáricos. “Cuando se adoptó el calendario gregoriano todos pensaban que su implementación era inmediata, pero en realidad debió haberse iniciado un año después. Es decir, se adelantaron”.
De acuerdo a Clockmeister, el hallazgo indica que estamos en el año 2014, y este enero comienza el 2015, no el 2016 como todos creían.
“Es un problema mayúsculo… Mayúsculo, les digo”, afirmó.
Para solucionar el problema, la Asamblea Permanente de la ONU autorizó a que los países afiliados retrasen su calendarios un año al llegar a la media noche del 31 de diciembre.
“Ya con eso iniciaremos el 2015 con todas las de la ley”, continuó Clockmeister. “Quedaremos sincronizados como Dios manda”.
— ¿No es irrelevante en realidad en qué año estamos, profesor?
— Para nada. Hay que hacer las cosas bien si queremos seguir con el calendario gregoriano, porque ya los rusos quieren que regresemos al juliano.
Sin embargo, hay otros beneficios: “El mundo ahorrará millones al reutilizar los calendarios de 2015… Y todas las mujeres estarán más felices porque este año no tendrá que restarse edad”, dijo sonriente el profesor Clockmeister.