Descubren en textos bíblicos antiguos que no fue la serpiente, sino un extraño ser, quien le dio la manzana a Eva

Conmoción en varios círculos religiosos ha causado el famoso rabino Abimelej Ben Avsholem, quien descubrió una serie de textos antiguos que podrían haber sido escritos mucho antes que el libro del Génesis. El hallazgo fue hecho en un monasterio de Antioquía, en la actual Turquía

Ben Avsholem afirma que, de resultar genuinos, estos papiros podrían cambiar completamente la visión que se tiene de las Sagradas Escrituras.

Hasta el momento lleva traducidos algunos versículos del Génesis: “En general son similares a lo que conocemos —dijo—pero me llamó poderosamente la atención la manera en que inicia el tercer capítulo”

Ben Avsholem se refiere al fragmento en el cual la serpiente le ofrece a Eva el fruto del árbol prohibido. En la versión conocida, Eva come el fruto y luego lo comparte con Adán, pero en esta versión aparece alguien más que pretende crear un caos mayor, pues es quien realmente tienta a Eva.

El fragmento, traducido al castellano, es el siguiente:

“…la serpiente era astuta, y dijo a la mujer: ‘¿Conque Dios os ha dicho: No comáis del fruto del árbol que está en medio del huerto? Tiene razón, porque el día que de él comieres, saldréis expulsados del Edén y de la vida eterna.

«Anda, mejor come de este otro árbol. Si probáis de su fruto serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal’. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y tomó de su fruto.

«Pero cuando estuvo a punto de probarlo, llegó Aquel que en los domingos reina, y haciendo a un lado a la serpiente, dijo con voz chillona a la mujer: ‘He aquí que ya tienes este fruto, pero es tu decisión comerlo ahora, o elegir lo que te ofrece la catafixia, que puede ser mejor o peor que lo que ahora tienes’”.

Posteriormente, Eva acepta la catafixia, y lo que se lleva de premio es un fruto del árbol prohibido, el cual come. A partir de ahí, el relato es tal como lo conocemos, con Adán y Eva siendo expulsados del Jardín del Edén.

Ben Avsholem sigue tratando de dilucidar quién era el misterioso ser que le hizo la oferta a Eva, y por otro lado, está tratando de entender cuál es el significado de la palabra catafixia.

“No cabe duda que nos encontramos con un misterio que tardará años en poder resolverse”, exclamó resignado.

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