En sus días como candidato, el hoy presidente de México, Enrique Peña Nieto, señaló que uno de los libros que ha leído, es la Biblia.
Y aunque muchos se burlaron por su afirmación, hoy, en sus propias palabras, ha demostrado que no es así y que aplica cada conocimiento adquirido.
En un acto público, siendo felicitado por miembros del Congreso y del Poder Judicial, para hablar de las leyes anticorrupción, que buscan, con su aplicación, recuperar la confianza de los ciudadanos hacia las instituciones y funcionarios, esa confianza que tanto se ha perdido y por lo que el presidente pidió perdón, haciendo mención a la famosa Casa Blanca.
Peña Nieto se acercó a saludar a este reportero, y además dijo en qué se basa ese acto de humildad:
“Es por la Biblia, mano. Allí donde dice: ‘No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará”.
Con esto, demuestra que si ha leído y que lleva al pie de la letra las enseñanzas ahí aprendidas para evitar ser juzgado, procesado y condenado. Sin embargo, su esposa, la primera dama de México, Angélica Rivera, no piensa lo mismo.
En una entrevista telefónica, nos dijo:
“Mucho perdón por parte de mi marido, pero quiero ver cómo me va a reponer mi casa, esa que según yo puse de mi dinero, porque según él dijo nadie se iba a dar cuenta, y todavía me acuerdo cuando tuve que sacar la cara por él. También me dijo, al rato se les olvida, no hagas panchos, y ahora ya no la tengo, y tengo que vivir con mis hijas y las suyas en otro lado menos cómodo. Él como no está todo el día no sabe nada de lo que pasa aquí; una, pos cómo sea, ¿pero y las niñas? A ver si ahora que se digne en llegar, me pide perdón igual”.
Y que nos cuelga… Es más accesible el Quique.
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