Ante las pobres perspectivas económicas de México en este inicio de 2015, Agustín Carstens, director del Banco de Mexico (Banxico) sugiere medidas de austeridad para todas las familias mexicanas.
“El crecimiento económico del Producto Interno Bruto (PIB) nacional se prevé dentro de un rango de entre 0.5 y menos 15 por ciento”, señaló Carstens. “Es una reducción de 300 puntos decimales con respecto a la previsión original”.
De acuerdo a Carstens, las cosas se pondrán difíciles, pero hay que ser optimistas. La medida que recomienda el titular de Banxico es hacer que el recalentado de la cena de Año Nuevo dure todo el mes de enero.
“Sé que las madres mexicanas son creativas y sabrán cómo realizar esa labor de administración patriótica”, abundó Carstens.
De acuerdo con el también Doctor en Economía, “históricamente, los romeritos han durado desde Navidad hasta Día de Reyes, sólo agregándole más agua al mole, que al final es como caldo, pero con un rico sabor concentrado».
Otras sugerencias incluyen la de mezclar las pastas secas con las ensaladas dulces: “Pueden juntar el codito con la ensalada de manzana. De esa manera, como el sabor es medio desagradable, las raciones serán más pequeñas y nadie querrá repetir plato”, aseguró Carstens. “El bacalao puede durar más si le echan una lata de sardina al guiso cada tercer día”.
¿Y sobre las aves? El señor Carstens dijo: “Los que tuvieron la fortuna de comprar un pavo, ése de por sí dura semanas, hasta que alguien se compadece y tira lo que queda. Para la mayoría, es decir, los que se compraron un pollito rostizado, pueden juntar las sobras con fruta seca –en especial pasas—capearlas con harina y huevo y freírlas. Quedarán unas croquetas harto bonitas”.
En cuanto a las carnes: “Lo que sobre de la pierna, lo pueden rebanar con un pelador de papas para que las rodajas sean finitas. Racionen las rodajas a dos por día, para aprovechar las proteínas.
— ¿Y el lomo, don Carstens?
— Como es más suave, muélanlo y mézclenlo con frijoles refritos, queso y pan molido. Queda una papilla riquísima, no saben. Yo me hago emparedados de esa cosa en las noches.
Siguiendo estas medidas, Carstens asegura que nadie sentirá la cuesta de enero.
“Cuando inicie febrero y se haya acabado el recalentado se sentirán orgullosos por haber sobrevivido a la inflación, al menos por un mes”, remató el señor don Carstens.