El esperado estreno de la cinta Avengers: Endgame por fin se llevó a cabo. Como era de esperarse, los cines de México han tenido enormes entradas, pero eso no significa que toda la población esté interesada en ver la película; de hecho, la mayor parte de los mexicanos ni siquiera sabe qué es eso de Marvel y prefieren ver la aclamada serie La Rosa de Guadalupe.
Es por ello que han causado polémica las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa mañanera, pues pidió, de manera tajante, que toda la población fuera a ver la película en cuestión.
Lejanos se ven los días en que éramos gobernados por el gran estadista Enrique Peña Nieto, cuando todo era paz y prosperidad; bonanza y concordia. En esos años fuimos el tercer país más poderoso del área de Norteamérica, sólo detrás de Estados Unidos y Canadá, y ligeramente por encima de la isla Clipperton y de San Pedro y Miquelón.
Ahora estamos gobernados por el paradigma andante del autoritarismo rampante y sonante. Y eso se demostró, como ya dijimos, con su osadía de ordenar a la población ver una película aún contra su voluntad. Eso no se ve ni en Corea del Norte, donde las libertades más elementales aún son respetadas.
El momento de la orden presidencial fue cuando en la citada conferencia mañanera, El Dizque (a quien AMLO se ha referido injuriosamente en numerosas ocasiones como parte de “la prensa fifí y vernácula”) le preguntó si ya vio Avengers: Endgame.
Su respuesta fue: “Yo no la he visto, no he tenido tiempo. Pero todos ustedes, pues vayan a verla, por qué no”.
Terrible situación. Me dueles, México.
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