El presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, anunció por su cuenta de Twitter el siguiente mensaje:
«El reinado del terror y censura de Jack Dorsey ha terminado. La libertad de expresión siempre triunfa”.
Tras este sorpresivo tuit, se dio a conocer el plan oficial de Trump de comprar la red social tan popularizada por el mandatario con recursos provenientes de la reserva federal de los Estados Unidos. Matando dos pájaros de un tiro, Trump pretende mejorar la seguridad nacional de los Estados Unidos y la de su propia cuenta de Twitter.
Lo más polémico de su decisión fue el de usar fondos públicos para la compra de la red social, pues supuestamente a él solo no le alcanzaba.
Una de las primeras medidas que tomará el magnate norteamericano una vez Twitter “esté en sus manos” será el de bloquear a todos los usuarios con el nombre de “Kim Jong Un”, y, por si acaso, a todos los que tengan nombres coreanos.
También se impondrían nuevas restricciones de seguridad en la cuenta, como activación de localización satelital de todos los usuarios por medio de la Agencia de Seguridad Nacional y restricción de nuevas frases consideradas ofensivas, como “cambio climático”, «inmigración legal» y «reservas naturales».