El gobierno del Distrito Federal realizó un impresionante hallazgo: Encontró a un burócrata trabajando en uno de los Módulos de Licencias y Control Vehicular que no sólo realizaba su labor de manera diligente, a tiempo y poniendo atención a los detalles, sino que además trataba con amabilidad a la gente que acudía a la oficina, les ofrecía soluciones sencillas y rápidas, llevaba los trámites de forma responsable y, en especial, nunca pidió un sólo centavo por todo ello.
En el momento en que sus superiores se enteraron de esta conducta, fue reportado de inmediato, y se procedió a dársele de baja de manera expedita.
En una circular confidencial enviada por el gobierno capitalino a todas las dependencias públicas de la ciudad, a la cual El Dizque tuvo acceso, puede leerse la razón: «Este tipo de conductas son inaceptables en esta administración, y la medida era más que necesaria. Con sólo una persona así, la gente podría darse cuenta de que es posible dar un buen servicio y hacer un buen trabajo, lo que obligaría a todos los demás a tratar de llenar esos estándares. Con esta medida, esperamos poner el ejemplo a todas las demás personas que quieran llegar hasta estos extremos, y evitar que se llegue a repetir».
Por lo pronto el empleado, que no quiso dar su nombre para evitar la vergüenza, comentó que ahora sólo le quedaba intentar encontrar trabajo en el sector privado, pues tras de que se dieran a conocer sus antecedentes de eficiencia, era un hecho que ninguna dependencia pública de ningún estado estaría interesada en sus servicios.