Tras los sucesos en los que el perro Yeison orinó el podio desde donde Ramiro Hernández, Presidente Municipal de Guadalajara, daba un discurso, el cabildo municipal ha determinado que sean arrestados todos los perros (callejeros y con dueño) que se presenten en los mítines del PRI o informes públicos de funcionarios.
Fuimos testigos cómo un policía iba tras un pipeco (co de corriente) que circulaba en una plaza antes de un mitin. En repetidas veces se le escuchó gritar “¡Ven, Firulais! ¡Qué vengas, te digo! ¡Te estoy hablando bien!”.
— ¿Por qué persigue al perro, oficial? —le preguntamos al policía.
— Pues mire, señorita. El asunto es el siguiente: Próximamente habrá un discurso de nuestro señor presidente, ¿verdad? Entonces, hemos recibido instrucciones de retirar a todo sujeto sospechoso.
— Pero es un perro, ¿qué tiene de sospechoso?
— Verá usté. Nos dijeron: “Trinches perros, no aplauden, pero bien que mean, así que me los sacan a todos a la de ya”, y pos estamos obedeciendo órdenes.
— Y luego de eso, ¿qué les harán a los animales?
— A los que no aplaudan, no les damos lonche.
— No, me refiero a los perros.
— ¡Ah! Pues eso sí desconozco damita. Ora sí que quién sabe… Pero ya me voy, tengo un montón de pipecos qué recoger. ¡Fit, fit! ¡Ora, Firulais, ven pa’ ca!!
Y se alejó.